Para la mayor parte del público, el Blockchain es un concepto misterioso, ligado a las monedas virtuales, como el bitcoin, y a una lluvia de promesas –muchas de ellas falsas– de rápido enriquecimiento y fortuna que llegan por mail y redes sociales. Pero, más allá de eso, podría ser una solución para el Streaming.
Lo que es necesario entender es que, por encima de otras consideraciones –como las monedas virtuales–, el Blockchain es una red descentralizada de computación que permite realizar operaciones en todo el mundo. En versión simplificada, se lo puede relacionar con el concepto ‘La Nube’ (‘The Cloud’), una idea genérica de interconexión entre redes y computadores de diferentes países donde una determinada operación matemática puede ser realizada en cualquiera de los centros operativos y la información resultante es luego transferida a donde fuera necesario utilizarla.
En virtud de esta facilidad, la propuesta para el Streaming podría ser: Establecer un “token”, unidad de medida ligada al dólar estadounidense (para evitar las oscilaciones especulativas de las monedas virtuales), que sea aceptado por las distintas plataformas existentes y sirva para ‘comprar’ el derecho a sintonizar un contenido o serie de contenidos en cualquiera de las plataformas participantes.
El sentido del “token” sería similar a las ‘tarjetas de obsequio’ que ofrecen comercios de diferentes tipos, y que posteriormente permiten al destinatario obtener un producto o servicio donde se emitió. Si decide comprar algo de mayor precio, deberá pagar sólo la diferencia con lo indicado en la tarjeta; en el caso del Streaming, se podría establecer que sintonizar un cierto contenido cueste un “token”, en tanto una temporada podría costar cinco, etc. Tampoco es necesario que todos los contenidos tengan igual precio: un producto ‘premium’ podría costar dos ‘tokens’, etc. Y los ‘precios’ en ‘tokens’ pueden variar de país a país.
¿Por qué la descentralización? Por descentralización entendemos que la organización que maneje este sistema no puede estar controlada ni influenciada por ninguno de los productores de contenidos. Los productores de contenidos pueden adherir o no al sistema, pero no podrán controlarlo, sólo fijar el precio en ‘tokens’ de la sintonía de sus contenidos. ¿Por qué? Por las legislaciones antimonopólicas en los Estados Unidos, Europa y otros lugares del mundo. La casi olvidada opción TV Everywhere, por la cual los suscriptores a un sistema de cable tienen la oportunidad de sintonizar los contenidos de sus canales fuera del hogar, fracasó porque las distintas productoras de contenidos no pudieron ponerse de acuerdo en las características y requisitos técnicos del servicio, creando una maraña de requisitos que desanimó a los usuarios.
Una gran ventaja del sistema es que combate la piratería; al existir un control sobre las compras, se pueden comparar los consumos autorizados con los reales y detectar diferencias ilegítimas. Nuevamente, la lucha de la industria de contenidos contra la piratería viene fracasando porque no hay un ente único responsable de la acción. Abundan las reuniones sobre el problema; pero, cada parte del sistema (productor, transmisor, distribuidor a usuario final) hace responsable a los demás, y ninguna quiere hacerse cargo del costo, salvo en casos especiales donde el productor distribuye directamente al usuario.
¿Cómo funcionaría? De manera semejante al “fintech”: el usuario abre una cuenta en cualquier parte del mundo, deposita una cantidad de dinero en moneda local o virtual, que es convertida de inmediato a “tokens” (digamos, dólares) y está a su disposición para consumir contenidos en cualquiera de las plataformas afiliadas. Por supuesto, habrá que tomar los recaudos para cumplir con las medidas legales y financieras en cada país, pero se eliminarían los problemas de cobranza que tienen los miles de OTTs independientes y permitiría al público aumentar y variar el consumo con la misma facilidad con que hoy decide comprar en tal sitio web y mañana en otro diferente, sin problemas.
Por supuesto, el sistema “token” requiere múltiples definiciones. Pero, soluciona varios problemas actuales y futuros que aquejan a la industria de los contenidos. Y, la tecnología necesaria ya está disponible en la actualidad, lista para usar.