En el último blog de la serie, Tim Pearson analiza la parte final de una entrevista de NAGRA con un pirata y considera cómo puede seguir respondiendo la industria a los retos que plantea la piratería de contenidos y servicios.
Si ya has leído los otros dos blogs de esta serie, estarás totalmente al día. Si no, puedes ponerte al día sobre las motivaciones humanas de un pirata y una inmersión profunda en el ecosistema y la economía piratas.
El enigma tecnológico
En las vidas hiperconectadas de hoy no hay muchas cosas que hagamos que no impliquen algún tipo de dispositivo conectado que hable con un servidor en algún lugar. La calefacción, los viajes, el ocio, o incluso tomar una foto con el móvil: nuestra interacción con la tecnología es omnipresente. Sin embargo, el reto es que por cada uso positivo de la tecnología hay un equivalente en el que se utiliza para causar daño, ya sea a nivel individual o industrial. Quienes hayan leído los dos primeros blogs estarán familiarizados con el concepto de «eras de piratería» marcadas -y finalizadas- por los avances tecnológicos. La era de la IPTV, descrita para nosotros como un «avispero», ha hecho que abrir servicios ilegales de streaming sea tan fácil como abrir un computador portátil. Al igual que en una partida de ajedrez, la industria necesita bloquear cada movimiento pirata para dar el jaque mate. En cuanto al «cómo», el pirata al que entrevistamos nos dio estos consejos para el sector de M&E: educar, colaborar y proteger.
Educar: Promover el cambio de comportamiento de los consumidores
Nuestro pirata nos contó que cada vez educa más a sus hijos en edad escolar sobre el robo de propiedad intelectual. Ahora, gracias a la legislación que la respalda, la ley dispone de instrumentos para enjuiciar; leyes que no existían cuando muchos de los piratas actuales estaban dando sus primeros pasos en la industria informática. Aunque este tipo de educación ayudará a enriquecer los conocimientos de los niños en edad escolar, la industria debe adoptar más iniciativas para propiciar cambios en el comportamiento de los consumidores. Ya se han hecho intentos en el pasado. A principios del año 2000, la Federation Against Copyright Theft (FACT) del Reino Unido y la Motion Picture Association of America, en colaboración con la Oficina de Propiedad Intelectual de Singapur produjeron un video que se difundió en cines y en DVD bajo el título «You Wouldn’t Steal a Car, Piracy is a Crime» (Usted no robaría un auto; la piratería es un delito). A pesar de que mostraba que la descarga de películas es un delito, no se centraba en las implicaciones más generales para la industria, que incluyen el impacto financiero directo en las industrias creativas, debido a que la reducción de presupuestos causada por menores ingresos de taquilla o distribución se traduce en una menor creación de contenidos.