El trabajo híbrido se convirtió rápidamente en un tema en la mente de todos durante el último año, pero ha sido un foco de atención de la industria de broadcast durante mucho más tiempo, especialmente cuando se trata de encontrar el equilibrio adecuado entre migrar completamente a IP y mantener las infraestructuras SDI.
Por: David Kicks, Vicepresidente de Ventas, Américas, Pebble
Es innegable que el futuro del broadcast se basa en la transición total a IP. Esa migración tiene el potencial de ofrecer importantes beneficios a largo plazo, especialmente al proporcionar una hoja de ruta rentable. El IP permite a los broadcasters escalar y adaptarse fácilmente, activar nuevos servicios para satisfacer las cambiantes demandas de contenidos de la audiencia, y configurar y gestionar con flexibilidad los dispositivos y los flujos de trabajo.
Pero no se trata de una novedad, las ventajas del IP han sido probadas y ampliamente difundidas durante años. Lo que sí es nuevo es el estado de la migración a IP y los factores que influyen en ella, tanto desde dentro como desde fuera de la industria.
Las emisoras se beneficiarán de la mayor flexibilidad y el control de fuentes de A/V que ofrece el IP. Sin embargo, muchas emisoras no están preparadas para cambiar de SDI a IP de una sola vez.
Un factor reciente es la pandemia, que ha frenado, o al menos retrasado, los planes de transformación digital de las organizaciones de casi todos los sectores. Las razones son, en su mayoría, obvias: cuando el negocio se ralentiza, los presupuestos se ven afectados y los costos deben destinarse a otros fines.
Pero la pandemia también ha acelerado una tendencia que ya estaba ganando terreno rápidamente: la producción remota, que se beneficia en gran medida de la entrega por IP y que ahora se perfila como un método rentable y viable para complementar la producción tradicional en las instalaciones.
Si bien muchos proyectos de infraestructura de mayor envergadura se han retrasado durante el año pasado, especialmente en lo que respecta a proyectos de IP sin comprimir, no cabe duda de que la pandemia ha derribado algunas de las barreras para que el IP desempeñe un papel clave para permitir flujos de trabajo remotos cuando se trata de IP comprimido e implementaciones de nube pública. Esto ha impulsado el crecimiento de la producción remota y la voluntad de experimentar con nuevos tipos de flujos de trabajo, especialmente de la variedad híbrida.
Ventajas de una infraestructura híbrida IP/SDI
Hay muchas razones para mantener un entorno híbrido IP/SDI, ya que permite tener todas las opciones abiertas para el futuro. Tal vez sus planes de crecimiento todavía se están evaluando, pero sabe que necesitará expandirse en algún momento, aumentar los canales, ampliar el tamaño del sistema o de la red, añadir nuevos servicios, actualizar a nuevas resoluciones, etc.
El IP permite fácilmente todo eso y más, aprovechando las ventajas del hardware COTS ampliamente disponible. Al mismo tiempo, si sus planes actuales son para un futuro próximo, mientras aún piensa en los planes a largo plazo, entonces el SDI sigue siendo una solución práctica, coexistiendo con el IP.
El SDI también puede seguir siendo la mejor opción, al menos por ahora, para determinados tipos de equipos y tecnologías, o para organizaciones de determinados tamaños y niveles de presupuesto. Además, el uso del protocolo SMPTE ST 2110 en un sistema híbrido facilita la manipulación de flujos separados de vídeo, audio y datos auxiliares.
Reduciendo la brecha
En los entornos mixtos IP/SDI, uno de los retos es garantizar que los sistemas de control existentes basados en SDI puedan actualizarse para controlar también las secciones IP. Si no es así, las organizaciones tienen que determinar si un sistema de control IP (por ejemplo, Pebble Control) se encargará de ello y se conectará con el sistema SDI heredado. Este tipo de solución de control integrada puede reducir la brecha entre el IP y el SDI, con entradas y salidas SDI e IP ofrecidas en una única solución para soportar infraestructuras híbridas.
Como la mayoría de las organizaciones hacen su migración a IP basándose en sus infraestructuras SDI existentes, deben lidiar con las «islas» de IP que se forman como resultado, preguntándose: «¿Cómo pongo IP en mi infraestructura existente para poder avanzar con ella y eventualmente hacerla toda IP?»
Es difícil imaginar que una emisora pueda realizar la transición a IP de una sola vez. Algunas operaciones salen como IP a partir de las cámaras, pero en algún punto de la cadena de broadcast la señal se convierte de nuevo a SDI, se edita, se reproduce, se reutiliza y se vuelve a enviar.
Estas “islas” se pueden gestionar. Se podría tener todos los flujos de trabajo IP operando en el control maestro, los estudio(s) o en el sistema de enrutamiento. Las señales de la cámara aún podrían ser SDI. Al convertir SDI a IP, se crea un flujo de trabajo híbrido para hacer lo que se necesite con la señal IP.
La ventaja de una infraestructura híbrida es la capacidad de integrar los flujos de trabajo y las tecnologías existentes con los nuevos dispositivos y tecnologías como parte de una transición gestionada, un enfoque que seguirá siendo atractivo durante algún tiempo.