Análisis de Miguel Smirnoff
En tanto en otras partes del mundo algunos analistas creen que va declinando la era de la TV paga lineal, en América Latina, con excepción de Brasil –y veremos por qué—esto está lejos de suceder. Las cifras a futuro pronostican, sí, una leve declinación, pero que puede ser compensada –de hecho, ya se está resolviendo el tema— por los cableoperadores, en tanto DirecTV enfrenta una situación diferente, similar a la de la TV paga en Brasil.
Por supuesto, en lo que lleva el negocio de ‘cable y satélite’, como se lo conoce en general, estos tres países han estado fuera de la atención prevalente de los programadores, en función del escaso número de suscriptores que muchos sistemas ‘independientes’ de cable –los que no pertenecen a los grupos principales– declaran como clientes. Por citar un ejemplo externo, lo mismo sucede en Colombia, donde las estadísticas oficiales de la CRC declaran alrededor de 6 millones de usuarios pero, en la reciente conferencia y exposición virtual realizadas por Prensario Zone, se aceptaba una cifra de 30% de ‘marginalidad’, coherente con la noción establecida desde hace años acerca de cerca de dos millones de usuarios clandestinos o no declarados, y una estimación de Business Bureau por la cual el total real estaría cerca de los 8 millones, con ‘15% de “piratería” (conexiones clandestinas) y 12% de “subreporte”’.
En el caso de Perú, Bolivia y Paraguay, además del aumento demográfico de la población y la creciente existencia de redes de fibra óptica, tendidas por las empresas y cooperativas de telecomunicaciones, se puede esperar una disminución de las conexiones ilegales como parte del universo, y un incremento en la cobertura de información de los entes encargados de las estadísticas, que en varios casos cubren sólo las empresas más importantes –y más conscientes en la necesidad de aparecer en los listados— y pocos de los “independientes”. Las empresas grandes son grandes movilizadoras de estos mercados en ese sentido.
El otro factor de crecimiento es el aumento de la conectividad. Si bien esto también fomenta el “streaming”, la TV paga lineal en la mayor parte de América Latina tiene un fuerte componente de programación local, especialmente cuando la cantidad de emisoras de aire y su alcance geográfico son limitados. Así, el “streaming” es un complemento y no un reemplazo de la TV paga, y sirve para entretenimiento individual, en tanto el cable y satélite ayuda en la comunicación grupal y social.
Perú, con potencial de crecimiento
Perú tiene a Telefónica, DirecTV y ClaroVideo —está ganando algo de terreno en conexiones fijas de internet— como principales operadores de TV paga lineal, y es el único país de la región donde la telco española ha establecido Media Networks Latin America, empresa aparte especializada en la elaboración y distribución de contenidos, que ha sido exitosa. Están también los 65 cableoperadores independientes afiliados a APTC, la entidad nuevamente a cargo de Demóstenes Terrones, de Best Cable —tras haber ejercido la presidencia Daniel Segovia, de Econocable— donde Emilio Rossi continúa como director ejecutivo y que durante muchos años, hasta el comienzo de la pandemia, tuvo su exitosa convención anual como punto de encuentro de la industria con sus proveedores.
En lo que hace a las cifras de mercado, para Prensario la base de usuarios, a mayo de 2021, era de 3,23 millones, en tanto un informe de Plataforma News cita datos de Osiptel (a partir de un comunicado de la Sociendad Nacional de Industrias), donde el ente regulador, para fines de 2019, calculaba un total de 3,7 millones de conexiones, de las cuales ‘sólo 1,9 millones eran formales’.
Esto indica la existencia de un fuerte potencial de crecimiento; en base a cifras de Osiptel, Telefónica tenía a mediados de 2020 un 63% del mercado ‘legal’, seguida por DirecTV, de la telco estadounidense AT&T, con 19% y Claro con 8,5%, en tanto ‘el resto’ de los operadores alcanzaban menos del 10%, lo cual sugiere que estos datos no incluyen las cifras de numerosos sistemas del interior del país, formales o informales, si se tiene en cuenta el otro valor emanado del mismo ente. Dataxis, con datos de Osiptel a septiembre de 2020 señaló que el máximo de suscriptores ‘formales’ en Perú había sido alcanzado en 2018, con 2,12 millones, y que en 2019 fue de 1,99 millones.
Por su parte, la consultora JP Partners, dirigida por José Luis Romero, publicó en mayo de 2019 un informe donde se estimaba, para esa fecha, la existencia de 2.346.000 suscriptores de cable y 679.000 de satélite, configurando un total de 3,02 millones, con 173 operadores en acción, en tanto, se señalaba, Osiptel tiene registrados sólo 68, JP Partners estimaba la existencia de 66 ‘zonas de despegue’ ilegales, con alrededor de 407.000 clientes, a esa fecha.
Bolivia con Millicom/Tigo, Entel y pujantes cooperativas
La telco Millicom, con la marca Tigo, es actualmente el principal operador de TV paga en Bolivia, complementando sus servicios de telefonía móvil y conectividad a Internet. En el campo satelital, los operadores oficialmente licenciados son la estatal Entel, que opera el satélite doméstico Tupac Katari; TuVes –, controlada por el empresario Eduardo Stigol, presta servicios a terceros— las pujantes cooperativas Comteco, con sede en Cochabamba, y Cotas, con telefonía, televisión e internet desde Santa Cruz de la Sierra. A fines de 2020, la estadística oficial llevada por la entidad reguladora ATT indicaba 604.000 suscriptores para todo el territorio, en descenso frente a 2019, en que cerró con 653.000. De acuerdo a la consultora internacional Dataxis, a fines de 2020 la cifra era de alrededor de 750.000 con poco más de 500.000 “ilegales” (“piratas” más “no reportados”) en tanto para 2025 la estimación es de alrededor de 1.280.000 suscriptores declarados y menos de 450.000 “ilegales” . Esto representaría un crecimiento de casi 70% si las autoridades tienen éxito en su tarea normalizadora y se cubren todos los operadores en ejercicio.
Paraguay con grandes jugadores
En Paraguay, los principales operadores son; Tigo, de Millicom, que comenzó con la compra del operador CVC en Asunción, en 2012, luego varios del interior, y ha tendido redes de fibra óptica; ClaroTV de América Móvil; Personal TV/Flow, de Personal y también operadores independientes en diversas localidades, agrupados en la Asociación de Cableoperadores del Interior de Paraguay (ACIP) con un total estimado en 825.000 suscriptores a mayo de 2021. Existe una empresa estatal, Copaco, que opera desde hace años con la modalidad IPTV pero no ha logrado expandirse hasta convertirse en un factor significativo, si bien ahora va a apostar al cambio tecnológico. Para la consultora Dataxis, la cifra a 2021 es cercana a los 820.000 suscriptores, con alrededor de 460.000 usuarios “ilegales” (sumando “piratería” y “subreporte”) y la proyección a 2025 es que la cifra del mercado legal se estabilice en el orden de los 930.000 suscriptores, en tanto los “ilegales” baje a poco más de 400.000.
El futuro
Tanto en Perú como en Bolivia y Paraguay, el potencial de expansión de los mercados es grande, en la medida en que se pueda avanzar en la formalización de quienes proveen servicios de cable fuera de las regulaciones oficiales y tomando las señales satelitales sin autorización de sus dueños intelectuales, o reportando un número menor al de clientes efectivos que tienen.
El factor de progreso está ligado a la prosperidad económica de la región, que no ha escapado a los rigores de la pandemia y las consecuencias que ésta ha tenido sobre las actividades económicas y comerciales en general. El avance de los planes de vacunación es esencial en este sentido y cabe esperar que los respectivos gobiernos puedan avanzar en los mismos hasta cubrir un porcentaje sustancial de la población. En los tres casos hay zonas boscosas y con escasa población que, si bien representan menor riesgo apa rente de contagio masivo, también suelen carecer de los recursos y equipamiento necesario para el tratamiento de los infectados, otro componente de la situación a resolver.
